domingo, 10 de febrero de 2008

El sobrepeso y la obesidad, una tortura

El sobrepeso y la obesidad, una tortura
Verse al espejo o vestirse, es una tortura para algunos, pues tienen que enfrentarse al causante de sus males: el sobrepeso y la obesidad.
Guadalupe Muñoz García, paciente con obesidad, dijo: “era un trauma, porque nada me quedaba, tenía que ir a las tiendas de ropa de personas muy especiales, a las tallas X X X. De hecho cuando me cambiaba, me cambiaba con el cuarto obscuro. Me ponía a llorar, yo misma me despreciaba, me veía al espejo y me decía que si no me daba asco, pero aún así yo seguía comiendo, comiendo, comiendo”.
La comida es el mal remedio que usan para olvidar sus necesidades, temores, frustraciones y tristezas. Viven un dilema que los somete a estar en constante sufrimiento.
“Tal vez el mayor problema psicológico sea la ambigüedad, no querer estar obeso, pero comer demasiado como para estarlo”, expresó Alberto Zúñiga, jefe de Nutriología, del Instituto Nacional de Nutrición (INN).
Y esto los orilla a vivir en soledad.
Javier Muñoz, médico internista, manifestó: “ellos mismos se aíslan desde el punto de vista social, porque le temen al rechazo, temen a la burla, temen a la discriminación”.
La sociedad les cierra las puertas en el ámbito laboral y afectivo.
“La discriminación está en el mundo desde que el ser humano está en el mundo”, señaló Jean-Philibert Mobwa Mobwa, de Medidas Administrativas del CONAPRED.
“Discriminan por el físico, lo gordo, lo flaco o el color de la piel a veces o porque uno viene de otro estado”, indicó Fernando Rancel, testimonio.
“Los prejuicios tienen tres momentos que culminan en discriminación. El primer momento hablar mal de las personas, el segundo momento tomar distancia frente a esas personas y el tercer momento, discriminar”, explicó Jean-Philibert Mobwa Mobwa.
“Tenemos la idea equivocada de que las personas que tienen sobrepeso son flojas, que comen todo el tiempo y que carecen de una disciplina”, apuntó Javier Muñoz.
“No podemos partir de la apariencia física de una persona gorda, para decir que no va a servir para nada, no me va a dar resultados. Aquí lo más importante es ver cómo les insertamos, cómo los integramos a la sociedad en las actividades diarias”, destacó Jean-Philibert Mobwa Mobwa.
Hacer un poco de ejercicio o trasladarse a cualquier lugar se vuelve un reto a veces imposible.
“No podía caminar una cuadra, porque se me iba la respiración, no podía subir escaleras, las rodillas se me empezaron a dañar”, declaró Guadalupe Muñoz García.
El transporte público les resulta pequeño. Utilizarlo es incómodo y penoso. Y es que, el mundo no está diseñado conforme a sus características y necesidades.
“Siempre yo ocupaba más de un lugar, ocupaba lugar y medio, a veces por eso no me sentaba”, resaltó Guadalupe Muñoz.
La obesidad desencadena todo tipo de enfermedades: gastrointestinales, cardiovasculares y respiratorias, entre otras. Se trata de una amenaza de proporción epidémica a nivel mundial.
En México 44 millones de personas son obesas, lo que nos coloca en el segundo sitio del mundo después de Estados Unidos.
Los malos hábitos alimentarios, el estrés, el fracaso en la pérdida de peso durante algún tratamiento y la influencia publicitaria son factores importantes en el desarrollo de la obesidad.


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